Viajé por un momento al pasado, para darme cuenta del gran cambio en mi vida. Recuerdo cuando estaba en la secundaria y la ortografía no era algo de mi importancia, me dejaba llevar por cómo escribían los demás, ya que estaba de “moda” según mi loco concepto, reemplazar las "s" por la "z ",(cómo eztaz), o escribir las palabras con una letra en mayúscula y otra en minúscula (PaNaMá).
En aquellos tiempos jamás me llegué a percatar de la locura que cometía, y que a diario, me toca ver a muchos jóvenes y hasta adultos cometer el mismo error.
Todo cambió cuando inicié la universidad, la carrera de periodismo y me pude dar cuenta de la importancia de leer y de tener una buena ortografía. Una manera para describirnos como la persona que somos en la vida, todo no es tener un físico bonito o un buen cuerpo, es tu preparación como profesional.
Ver en el presente, ya casi a punto de graduarme, cómo Facebook me recuerda las cosas que escribía antes, con una pésima ortografía, me da mucha vergüenza de aquel momento y me arrepiento de haber perdido mi tiempo siguiendo aquella “moda”, en vez de aprovecharlo en mejorar.
Los errores son para aprender y soy testigo de eso, hoy día al redactar, reviso detalladamente mis escritos, me gusta la ortografía, leer y aprender cada día más, ya que uno como persona jamás se cansa de mejorar, nadie es perfecto, pero es momento de prestarle más atención a lo que escribimos, ya que el idioma español es lo que nos representa como país y como periodistas.
En la vida tendremos obstáculos, pero no serán impedimento para cumplir los sueños y metas. Gran ejemplo contra los errores lo dio en sus tiempos Bette Nesmith Graham, creadora del líquido borrador, en la búsqueda de una solución a sus errores.
Graham, con el mecanografiado no era excesivamente buena y cometía muchos más errores de los deseables; entonces mezcló pintura blanca con agua y otros materiales, con la finalidad de obtener una solución a sus problemas.
Especificándonos en el campo del periodismo, en el cual cometemos errores a la hora de redactar, debemos tomar en cuenta estas historias y ponerla en práctica en nuestras vidas.
En la actualidad, no solo los periodistas, si no la juventud, se están convirtiendo en esclavos de la mala ortografía, utilizando la corrección de palabras que vienen integrados en los celulares y computadoras, sin poner en práctica el arte de buen escribir.
Todos somos seres humanos y nos equivocamos, mas no debe ser una excusa para seguir cometiendo las mismas faltas, ni una delimitación para buscar solución y crecer como profesional.
Somos responsables de cómo escribimos y nuestra preparación, también seamos testigo de los cambios y mejoras que hacemos, no nos quedemos solo ocultando nuestros errores, sino aprendiendo de ellos y creciendo cada día más.
Aprovecho su error para poder dejarle un legado a sus hijos y enseñarnos a no equivocarnos y volver a intentarlo
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