Ver noticias en los diferentes horarios y que repitan la misma información ya es algo normal. Y qué decir de los medios impresos, la calidad de impresión y contenido ha bajado, ahora pagamos no por leer y enterarnos de los diferentes acontecimientos que ocurren, si no por los clasificados.
Es un secreto a voces que el periodismo en Panamá ha ido perdiendo importancia por el arte del buen escribir e informar y no solo en nuestra nación, sino en todo el mundo.
Hemos llegado a un punto donde los medios de comunicación social no quieren invertir por la buena investigación y reportajes que expliquen con claridad sobre sucesos importantes que ocurren a diario.
Cuando acontecen hechos internacionales, prefieren pagarles a periodistas de afuera que le sale más económico, antes que enviar un comunicador local, prohibiéndole la oportunidad de obtener nuevas experiencias.
No se puede decir que el periodismo está en crisis, porque reciben buena ganancia por publicidades que abunda en este trabajo y el sueldo al periodista que son los que salen día tras día a buscar las diferentes noticias sin tener hora de almuerzo ni de salida es poco.
El problema del periodismo es que se está convirtiendo en un negocio y está siendo cómplice de corrupción. Ahora la mayoría de los dueños de las diferentes empresas de comunicación son políticos y empresarios que buscan un beneficio propio.